lunes, 31 de marzo de 2008

Cáncer de fe.


Mi padre siempre fue un gran devoto de Dios, pienso que él rezaba más que el Papa ¡es enserio! Llegó a lastimarse las rodillas de tanta oración.

Mis hermanos y yo tuvimos una infancia llena de alegrías junto a mis padres, auque nada común a la de los niños que nos rodeaban. Jugábamos con una bella ciudad que mi padre había construido con cera y cabezas de garbanzo, aprendimos latín y leíamos cuentos que ningún otro niño “normal” leía en las tardes o escuchaba por las noches.

Entre una de tantas cosas mi padre nos enseñó a mis 5 hermanos y a mí a creer en Dios: en su palabra, en sus acciones, en su grandeza… Inevitablemente éramos católicos modelos por formación y convicción.

Aunque no fuimos los niños más sociales del mundo, por nuestras características “raras”, lo que más recordamos es haber sido muy felices. Todo fue así hasta hace veinte años, cuando le diagnosticaron a mi madre el peor tipo de cáncer en la piel, nunca antes visto en México.

Soy la mayor de 6 hijos, me correspondían todas las decisiones a lado de mi padre. Fue demasiado peso, demasiado dolor. Comprendí que en el mundo estamos solos. Nos abandonó mi propia familia: tíos (as), primos (as), hasta la hermana de mi madre, amigos, y por si fuera poco, también Dios, aquel Dios al que acostumbrábamos a invocar.

Todos los días le suplicaba un milagro al Señor: que ya no tuviera fiebre, que ya no vomitara, que no se le cayera la piel, que no sintiera dolor; y en mi desesperación le rogaba un milagro que la salvara. Pero Dios no me escuchó, no me quiso escuchar… o no existe. Nunca entendió que no le pedía para mí, sino para mi madre.

Es inhumano tener que cortarle a tu propia madre trozos de piel seca que se le despegaban como escamas, de lo contrario se le enterrarían y sería más intenso el dolor. Todo su cuerpo quedó en carne viva; los vestidos, las batas, las sábanas, las colchas, todo se le pegaba, ninguna crema era suficiente.

Para mi madre fueron 5 años de aguantar un dolor físico interminable, constante, persistente. Y un inmenso dolor psicológico-emocional para mis hermanos, mi padre y yo. No sé porqué ella aguantó tanto daño, seguramente sus ganas de vivir.

Mi mamá fue una mujer bellísima, ya no la puedo recordar así. Hice todo por salvarla, y cuando digo todo es todo: quimioterapia y medicina especializada, medicina naturista, homeopatía, le pedí a Dios y hasta visitamos brujas. Nadie pudo hacer nada.

Con cinco años de padecimiento, un buen día, después de 5 años murió. A partir de su muerte jamás volví a llorar. Me dediqué a investigar todo sobre teología, y me di cuenta que era una tonta. La única religión que tenía milagros era la católica.

Que nadie me hable de fe, de designios divinos, ni de nada con carácter de resignación. Nadie tiene derecho de hacerlo hasta no sentir lo que viví con la mujer que más amé en la vida.

Dejé de creer en Dios, porque no tuvo compasión de mi madre. Lo que Jesús sufrió no tiene comparación con lo que le sucedió por cinco años a ella. Ahora que lo tengo enfrente, en este bellísimo templo de San Juan, lo veo en la cruz y me atrevo a decirle:

– Ese no es dolor, dolor lo que sintió mi madre, tú estás en la cruz, y tienes piel.

13 comentarios:

Familia Torres López dijo...

Uy, que fuerte, como dices tú. Quizá por eso sigo creyendo en Dios, porque siempre está ahí y todo lo que pasa a mi alrededor es lindo en cierta forma. No sé si seguiría creyendo si me pasara lo que escribes, pero lo intentaría aunque sea un poquito, creo que la vida sería más difícil sin la persona a quien quiero y sin Dios... y bueno, en realidad ese Dios no es un salvador total y absoluto, o un superhéroe, es sólo un "algo" que nos hace ser mejores, que nos muestra que la vida siempre tiene una salida y un porqué, y que la realidad es nuestro escenario donde nosotros somos los verdaderos protagonistas. Dios no existe tal como se nos ha dicho siempre, Dios está dentro de nosotros y de todo aquel a quien encontramos en el camino de la vida, la cuestión aquí es descubrirlo y hacerlo notar para que todos los demás tomen nuestro ejemplo y también lo hagan.
Mi vida no ha sido rosa, tu lo sabes, pero estoy totalmente segura que hay una fuerza en mí que me hace ser mejor... y esa fuerza trato de descubrirla en los demás. Creo que ese Dios guapo, blanco, pelo abundante, con abdomen marcado, que cuelga de la cruz, es sólo una representación de lo que muchos queremos ser: alguien socialmente aceptable, y bello a los ojos de Dios y de los hombres.
En fin, esa es mi certeza y meto las manos al fuego por ella... pero hay miles de certezas, y cada quien tiene la libertad de tomar la que mejor le haga sentir... yo soy feliz así, y si otras convicciones también les hacen felices, qué maravilla, no??

saluditoooos!!

Anónimo dijo...

muy,muy fuerte...
primero como monólogo me encantó!(1 poko mas largo =)

Creo ke nada me causría mas dolor
ke perder a mi madre, es el ser mas importante en mi vida pero, creo en Dios... mucho! Y se ke auke tal vez algundia le reprocharé por algo ke me cause tanto dolor siempre estará cerca de mi,siempre está...

no kiero pensar en lo ke pasará, menos si es algo doloroso, kiero vivir el hoy y que pase lo ke tenga ke pasar...

te kiero!

MGGO

Anónimo dijo...

Que claro ejemplo nos regala, sr. Toledo, para descubrir que la Inmensidad divina no se compara con nuestra "menseidad" o mensurabilidad-como le quiera llamar-.
Los seres humanos somos mensos por naturaleza,(mensus, del latin, medible.) tenemos limitaciones y evidentemete nuestro espiritu sediento de trascendencia quiere superarlas.
Sin embargo, cuando no podemos ir mas alla de nuestras limitaciones nos enfocamos en el ser supremo a quien,desafortunadamente, concebimos como el ultimo recurso para solucionar los problemas creados por nuestra propias incapaciadades, limitaciones.
Dios está, no como mero portotipo o ejemplo efimero y superfluo que se acomada a las epocas o los años.
Dios está siempre en todos lados ,-libreme Dios de caer en un panteismo irracional-especialmente en le rostro del que sufre, del que padece.
Hoy en dia dejamos pasar desapercibidos los milagros diarios, pues el milagro no se basa en la extraordinaria e inexplicable respuesta a situaciones problematicas y dolorosas. El milagro se basa en la presencia constante de Dios en esas situaciones tan naturales, pero tan poco deseables como la muerte misma.
¿milagros? hay muchos: la vida misma, el amor , el canto, la belleza, la armonia de todo cuanto hay y cuanto existe,que se conjuga dia a dia frente a nosotros para decirnos que Dios esta presente en ti, en mi,en el que llora, en el que rie, tambien en el que padece dolor y en el que derrama alegria.
Sin cocluir mi comentario, deseo lanzar al aire, para otro porximo, las siguientes preguntas:
¿es lo mismo sufrir y dolerse?
¿Dios es ornato de nuestras penas?
Felicidades Sr. Toledo, magnifica reflexion.
Un abrazo fuerte!
Andrés Armando

Anónimo dijo...

Hola!!! primero que nada felicidades por tu forma de escribir, enserio que no es algo fácil de lograr.
Y con respecto a todo lo que dices... aveces pensamos que no es justo que cosas tan dolorosas le sucedan a personas tan buenas y a las que amamos tanto, y es mucho muy válido dudar de Dios cuando ésto sucede. Nos podemos quedar sin dinero, sin amigos, sin hogar, sin nada, pero nunca sin alguien a quien culpar, y eso también es muy válido; lo que yo pienso es que la vida no nos enseña como superar cosas asi, no hay una receta, lo único que tenemos para ésto es nuestra responsabilidad ante ella. Dudar de Dios, simplemente es una prueba de fé que el nos pone de vez en cuando. A ti te toco vivirla antes que a otros, pero al final de cuentas todos vamos a vivirlo en algún momento y nos tocara entonces decir: no fue justo, no lo merecía, porque ella y porque asi; y al final sólo nos quedara la incógnita, el coraje y la impotencia; ante todo eso, también nos queda la responsabilidad ante la vida que nos toco vivir. Encontrarle un sentido a la vida amigo Logoterapeuta, recuerdas? (jeje) y a cada una de las cosas que la conforman; sean buenas o malas, siguen siendo nuestras.
SALUDOS! y de nuevo felicidades!
espero poder seguir leyendo tus monólogos y que me invites a comentar. ANIMO!
LILIANA VILARREAL.

Anónimo dijo...

Hellow!!

ahh pues sí, Jesús lo hizo por voluntad propia y era perfecto.
Es lo único que diré.

Todavia estoy en shock... desde sabe cuando... viernes?

Saludos

Anónimo dijo...

HOLA

SUPER BUENA LA HISTORIA QUE NOS REGALAS PERO TIENEN RAZON, EN LAS SITUACIONES DIFICILES Y TRISTES QUE VIVIMOS, SE NOS HACE FACIL CULPAR A ALGUIEN Y DECIR DIOS NO ESTA AHI, NO ME AYUDA SIMPLEMENTE NO EXISTE; POR FAVOR EL SER HUMANO POR NATURALEZA TIENE QUE CREER EN QUE HAY ALGO MAS NO SOLO LO PALPABLE, PERO TAMBIEN POR NATURALEZA ES HIPOCRITA Y EGOISTA.

POR EL MOMENTO ES TODO...

CUIDATE

CLAUS

Anónimo dijo...

Ahondar en este tema tan polémico y de extremadas expresiones, no llegaríamos a una igualdad de opiniones.
No obstante me limito a dar mi opinión, y no me cabe duda de que nuestra fe ciertamente es basada en los valores espirituales inculcados por nuestros padres o por una persona alterna en nuestra niñez; pero es al final, nosotros, los que decidimos como vivir nuestra fe.
Hay quienes creemos en un Dios, le rezamos, le veneramos, nos conformamos con saber que esta ahí, en algún lugar, y eso nos mantiene con tranquilidad.
Ah!
Pero que pasa cuando la desgracia toca a nuestra puerta?
Las promesas abundan le rogamos, suplicamos y que pasa cuando no tenemos respuesta favorable, le maldecimos! Es cuando nos preguntamos: donde estas?, porque nos abandonas?, no encontramos las respuestas y nos sentimos desamparados.
Es entonces cuando para algunos la rabia se convierte en odio, pero para otros, es una incansable prueba de fe.
Cualquiera que fuese nuestra religión, creencia y demás, siempre necesitamos algo o alguien en quien confiar, a quien aferrarnos, a quien culpar, a quien agradecerle, a quien amar.

Es agradable cuando al leer, nuestros sentimientos se encuentran, hay un nudo en la garganta y reflexionamos a través de algunas anécdotas en las cuales no nos gustaría estar y este es el caso que a lo personal me hizo recordar momentos justos en los que se puso a prueba mi fe.
Excelente!

Anónimo dijo...

Mmmm... es que no se qué decirte... jaja.. en serio que traigo la mente super cerrada, sólo me imagino puros numeritos..
Me da gusto platicar contigo y ver que eres una persona muy madura.. y me agrada en el sentido que a mi me gusta elegir muy bien a mis amigos.. y me di cuenta que contigo no me equivoqué...

Atte. Tu Fastidio en las mañanas!! jaja..

Anónimo dijo...

Me gusto la historia, como la describes, de hecho es lo primero que leo de lo que escribes... entiendo el final retador, cuando uno habla de esa manera es porque esta herido, pero nunca diferencio su realidad entre lo fisico y su creencia inculcada aquien quiere encontrar culpabilidad. Le lectura me parecio bien su desarrollo, el final aunque irónico pero siento que al morir, tambien debe entender que descanso y encontro mejor lugar... en fin cuestion de enfoques.

Saludos
Lalo Flores

Anónimo dijo...

Muy buena historia, en verdad que te mueve el piso. Sin embargo, yo viví algo así. Mi papá fue un hombre bueno como pocos, religioso y me atrevo a decir que sabio también. Sufrió muchísimo a causa del cáncer y no podría negarte que alguna vez le reclamé a Dios. Pero nunca dejé de creer. Jamás me dejó sola y el pensar que aunque para los médicos todo estaba fuera de control pero para él no me dio calma. En cada problema me ha dado la solución.

Me gusta mucho tu forma de escribir. Seguiré leyéndote.
Un abrazo enorme!!!!!!!!!!!!


Gaby Bross

Anónimo dijo...

Buenas noches JC, un poco tarde, pero lo prometido es deuda...
La verdad no hay mucho que decir, escribes de una manera muy especial y dejas plasmadas no solo letras, ni palabras sino un gran sentimiento en este escrito (mmm es el unico que eh leido, pero te prometo echarles un vistazo a los demas) considero que aqui nos damos cuenta, como cada persona es tan diferente y como ante una misma situacion podemos reaccionar de diferente manera, sin embargo, yo CREO EN DIOS, se que existe... ¿Por queé? Porque lo he sentido a cada instante en mi vida, a pesar de las adversidades y creo que ante la peor de las tragedias podremos disntinguirlo, no como el malo de la pelicula, sino como ese SER que nos da una señal de esperanza.
Lindo tu escrito, como que quedan ganas de seguir leyendo jaja.
Que DIOS te bendiga es mi mayor deseo.
Con cariño: EDITH GARCIA CARRILLO
Besos!

Thalía Palacios dijo...

Uufff..!! qué fuerte y difícil, noo??

Pero pues siempre he creído que cada quien habla según su experiencia... y gracias a Dios me ha ido bien.!! Hay muchas cosas bellas que me rodean y por las cuales estoy más que agradecida.!!

Nadie soy para juzgar porque no sé cómo reaccionaría si me sucediera algo semejante a lo que relatas...

... en fin... mientras este viva, pueda caminar, correr, admirar un amanecer en mi casa, respirar profundamente y SENTIR estaré muy agradecida con mi Dios.!!!

Hasta luego Juan Carlos.!!

Un saludo y un beso cosa.!!! ;)

Unknown dijo...

Pues tu escrito es muy bueno, en realidad muy bueno...hasta anduve un rato buscando al autor...jajajaja, ¡pero que bruta!jajaja...hasta que caí en cuenta que eras tú.
todo en la vida es cuestión de actitud, no comparto la idea de dios de tu personaje, pero la entiendo, es comprensible...
Te Ciero, niño....bye!!!